Introducción

La energía eléctrica

La energía eléctrica: el motor de nuestra vida

Imaginar nuestra vida, hoy día, sin la electricidad nos resulta casi imposible.

Miles de aparatos y de sistemas que nos permiten realizar las cosas más habituales son posibles gracias a este fenómeno de la naturaleza, que siempre ha existido, y que el hombre sólo ha descubierto por casualidad.

La electricidad, imprescindible hoy en nuestras vidas, ha recorrido un largo camino desde el principio de los tiempos, siendo muchos los hombres que con su reflexión y duro trabajo la han ido moldeando y adaptando a cada una de las necesidades de nuestra vida.

Todos los historiadores están de acuerdo en designar al filosofo griego Tales de Mileto como la primera persona que intuyo la existencia de este tipo de energía. 624-543 a. C., quien descubrió que, al frotar un trozo de ámbar (resina fosilizada) con un paño, éste empezaba a atraer pequeñas partículas como hojas secas, plumas e hilos de tejido. Tales de Mileto creyó que esto se producía debido a un «espíritu» que se encontraba dentro del ámbar, al cual llamó elecktron y de ello se deriva la palabra electricidad.

Resultaría monumental la tarea de describir los avances, hasta el momento, en materia de electricidad o de sus posteriores aplicaciones tecnológicas.

Pero no sería exagerar si dijéramos que la civilización actual volvería a un estado primitivo de no existir el conocimiento de esta forma de energía. Imagine su propia vida sin electricidad. No habría luz eléctrica, ni teléfono o cualquier modo de comunicación a distancia que no sea la imprenta. No habría ordenadores, ni cine. La medicina retrocedería a sus orígenes, sin rayos X, ni resonancia magnética, ni ecografías, etc. El mundo de la alimentación sufriría un gran revés sin la refrigeración. Sin satélites de comunicación la meteorología sería incapaz de predecir huracanes o fenómenos como la Corriente del Niño. Tampoco automóviles porque para ello se necesitó del paso de la pistola de Volta, precursor de las bujías. Si no hay automóviles, tampoco habrá máquinas de construcción. ¿Habría edificios, puentes, túneles? Tal vez muy pocos. En cierta forma, no tendríamos que vernos con los problemas que acarrearon estos avances. ¿Pero, a qué precio?

Nuestro entorno está lleno de sistemas eléctricos

Comenzando por la cocina, hay motores en:

  • El ventilador del horno microhondas
  • La batidora
  • El abrelatas
  • El refrigerador

También hay un motor eléctrico en:

  • La lavadora
  • La secadora
  • El taladro eléctrico
  • La aspiradora
  • La sierra eléctrica

Hasta en el baño hay un motor en:

  • El cepillo de dientes eléctrico
  • El secador
  • La afeitadora eléctrica

El automóvil está lleno de elementos eléctricos:

  • Ventanas eléctricas
  • El sistema de ventilación y el radiador
  • Los limpiadores del parabrisas
  • El motor de encendido
  • Antenas de radio eléctricas
  • Los coches de motorización eléctrica

Además de eso hay motores en muchos otros lugares:

  • En el DVD
  • En un lector de CD’s
  • En un ordenador
  • En muchos juguetes
  • En relojes eléctricos
  • En la puerta para abrir el garaje
  • En bombas de acuarios
  • etc…
  • Ventanas eléctricas
  • El sistema de ventilación y el radiador
  • Los limpiadores del parabrisas
  • El motor de encendido
  • Antenas de radio eléctricas
  • Los coches de motorización eléctrica

Todo lo que se mueve utiliza un sistema eléctrico para realizar el movimiento.

Consumo de electricidad y vida moderna son prácticamente sinónimos en el mundo industrializado. Nuestras comunicaciones, el transporte, el abastecimiento de alimentos, y la mayor parte de las comodidades y servicios de los hogares, oficinas y fábricas de nuestros días dependen de un suministro fiable de energía eléctrica.

A medida que más países se industrializan se consumen cantidades de energía cada vez mayores. El consumo mundial de energía se ha multiplicado por 25 desde el siglo pasado. El promedio del consumo de electricidad per cápita es alrededor de diez veces mayor en los países industrializados que en el mundo en desarrollo.

Pero como en la actualidad las economías de muchas naciones en desarrollo se expanden rápidamente, para los próximos 15 años se prevé un crecimiento importante de la demanda de electricidad. Para satisfacer esta demanda se necesitará un aumento espectacular de la producción de electricidad.